Cabeza del dios Aqueloo en la caldera encontrada junto a los esqueletos
En una
excavación arqueológica reciente en Lavau, cerca de París, han
descubierto los restos del enterramiento de un celta que debió
pertenecer a una alta clase social dado el modo en que fue sepultado.
Junto a él, los de una mujer con la que probablemente tuviera una
relación estrecha. El esqueleto del príncipe reposa junto a su carruaje y
se sabe su sexo por haberse encontrado a su lado un cuchillo de grandes
dimensiones. En una tumba cercana, los
exploradores
han localizado el esqueleto de una mujer sepultada dos años antes. “Es muy posible que existan lazos de
parentesco entre ambos personajes”, ha apuntado el responsable de la
exploración, Bastien Dubuis. Por los datos,se sabe que pertenecen a la prehistórica Edad del Hierro.
En la necrópolis han hallado además una gran caldera de bronce, perfectamente
conservada y decorada con la cabeza cornuda del dios
Aqueloo, el más
antiguo y poderoso de los espíritus del agua en la cultura griega, y un
cántaro de cerámica negra decorado con imágenes del dios
Dionisio
tumbado junto a una viña, que se utilizaba para servir el vino durante
los banquetes. También una cucharilla de oro y plata que al parecer tenía la utilidad de filtrar
el vino. Todos estos objetos se corresponden con los de la cultura
celta del periodo Hallstatt, que subsistió entre los años 800 y 450 antes de
Cristo.
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