En el Auditorio del Revellín se vio ayer y aún hoy se verá, el ballet El lago de los cisnes, un cuento de hadas estructurado en cuatro
actos que fue encargado por el Teatro Bolshói de Moscú en 1875 y estrenado dos años después. La
música fue compuesta por Tchaikovski, es el primero de sus ballets. En
la producción original, la coreografía
fue creada por Julius Reisinger. El libreto, la historia narrativa, se cree que fue escrito por
Vladimir Petrovich Begichev y Vasily Geltser.
Sigfrido es un príncipe enamorado de la más hermosa y peculiar dama, Odette, reina de los cisnes, cuyo rostro sorprendentemente está enmarcado por plumas de este animal. La invita al baile que se va a celebrar con las más guapas jóvenes de la comarca para elegir esposa, tal y como su madre le ha pedido. La idea de Sigfrido es, en ese baile, elegirla a ella y presentarla a su reino, pero un adversario, Von Rotbart, haciendo uso de artes mágicas, consigue engañar al joven ciego de amor y lo compromete con su malvada hija, Odile. Cuando Sigfrido, confundido, se da cuenta de lo que ha hecho, va en busca de su verdadera amada. La muerte de Von Rotbart lo va a liberar del hechizo, pudiendo entonces entregarse enteramente a su querida Odette.
Un príncipe enamorado, una dama fascinante, un adversario, un final feliz. La historia está basada en el cuento
alemán Der geraubte Schleier (El velo robado) de Johann Karl August
Musäus.
Al Ballet de Moscú, dirigido por Timur Fayziev, debemos la puesta en escena en esta versión. A Lev Ivaniv y Marius Petipa, la coreografía. Entre los bailarines, C. Terentiev (Odette), A. Terentiev (Sigfrido), A. Gerasimov (Bufón) y O. Shaybakov (malvado Von Rothbart).
1 comentario:
Excelentemente resumen, los animo a seguir trabajando, sabemos que la lucha es fuerte pero rendirnos es entregarnos y esa no es la idea! felicitaciones!
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